jueves, 7 de enero de 2010




En su interior ha estado desmoronándose lenta pero irremediablemente siendo consciente de que la situación le había robado todo momento de felicidad. La gente que la rodeaba no se daba cuenta de cómo el brillo de la mirada hacía mucho que había desaparecido de sus ojos. Que el espacio que ocupaba su dulce sonrisa ahora lo invadia un gesto de tristeza. Que su alegre conversacion se había convertido en un doloroso silencio. Que las ganas de vivir se habían transformado en una débil lucha por sobrevivir. Que su corazón ya no latía al compás que le marcaba la pasión. Que el amor se había convertido en un ser que nunca llegó conocer. Que la ilusión desapareció en el instante en que el sufrimiento hizo su aparición. Que sus sueños se congelaron con la frialdad de su corazón. Que dejó de sentir para no volver a sufrir. Que mantenerse en pie era su reto diario. Que tan solo quiere poder seguir andando hasta que su camino se acabe.

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