Llevaré mi desvelo,
entre las alas del silencio,
y le contaré a tus labios
de mi inquietud.
Descubriré cada fibra
de mi corazón,
ante tu boca,
conjugando el verbo
de todo mi sentir.
Guiñaré un ojo a tu alma,
haciéndola cómplice,
de mi respirar junto a ti.
Me rendiré ante ese latir,
que pronuncia mi nombre,
con tan solo saber,
que vive para mi.
Me acunaré en tus brazos,
dejándome llevar
por el tacto de tus manos,
a ese estado febril
que provocas en mí,
cubriendo toda desidia,
para que nada estorbe
nuestro delirio de amar.
